Por Eco House Global
Para hablar de movilidad sostenible primero es esencial entender qué es la sostenibilidad: las acciones, políticas, iniciativas o proyectos en los que se encuentran el respeto por el ambiente y la sociedad con la rentabilidad económica.
De acuerdo a Santiago Cosentino, Ingeniero de Desarrollo de VEMO y orador principal en la VEMO Talk «Movilidad Sostenible: un reto más cultural que tecnológico» lamentablemente, en la mayoría de las grandes ciudades la movilidad no se caracteriza por aplicar dichos criterios de sostenibilidad. Las razones son varias:
- Por un lado, el uso excesivo de los combustibles fósiles no se alinea al cuidado del ambiente, ya que no solo liberan gases de efecto invernadero que intensifican la crisis climática, sino que también reducen la calidad del aire, afectando así la salud de las personas.
- Junto con esto, existe una falta de rentabilidad en la movilidad, lo que hace que el transporte sea dependiente de subsidios, evitando que los fondos dedicados al sector puedan ser usados en la modernización de las estructuras y flotas.
- Asimismo, las estructuras obsoletas son incapaces de procesar el alto flujo de personas que entran y salen de las ciudades diariamente. En este punto es fundamental recordar que desde mediados del siglo XX se ha producido una migración de zonas rurales a urbanas. Simultáneamente, los vehículos particulares pasaron de ser un lujo de la clase alta a un producto más accesible. Estos procesos han saturado la movilidad de los grandes centros
urbanos de la región, como Buenos Aires o Ciudad de México.
En resumen, la realidad es que la movilidad tal y como la conocemos no cuida al ambiente, no es económicamente sostenible, y tiene consecuencias negativas en nuestra calidad de vida.
Frente a este contexto, han surgido numerosas tecnologías que intentan resolver estas cuestiones. La construcción de carriles exclusivos para el transporte público, por ejemplo, puede aliviar el tráfico en zonas congestionadas; los autos eléctricos e híbridos además de no generar emisiones de gases de efecto invernadero, también evitan la contaminación del aire con humo y partículas contaminantes; los autos que cuentan con sensores y sistemas de inteligencia artificial, reducen los accidentes y choques, mejorando la calidad de vida de los transeúntes; entre otros.
Pero, si bien todas estas alternativas aportan a la eficiencia y sostenibilidad de la movilidad, hoy en día no se identifica una tecnología disruptiva que pueda, por sí sola, resolver el problema. Para encontrar verdaderas soluciones debemos cambiar la manera en la que percibimos y nos relacionamos con los medios de transporte. En otras palabras, la movilidad sostenible está más relacionada a cuestiones de logística y cultura que a las tecnologías disponibles.
Vale mencionar la importancia de las normativas y regulaciones como un factor clave para la movilidad sostenible. Por ejemplo, la norma Euro 6, limita la cantidad de emisiones que puede generar un vehículo para que sea legalmente comercializado. Otro elemento a considerar es el teletrabajo, conocido como “home office», que ahorra tiempo, energía y evita contaminación por traslados innecesarios.
Por otro lado, de acuerdo a la información presentada por Carolina Chantril, Responsable del Área de Movilidad Sostenible en Asociación Sustentar, una de las principales razones por las que el avance de la movilidad sostenible es lento en las grandes ciudades es el alto costo de las reformas requeridas. Y mismo, cuando el financiamiento y la voluntad política se encuentran, las normas y lineamientos a seguir en este tipo de construcciones hacen que las implementaciones sean largas y dificultosas. Según Lucilla Capelli, Subsecretaría de Planificación de la Movilidad de la Ciudad de Buenos Aires, además de las dificultades de encontrar financiamiento, también existen trabas sociales ya que muchas veces los vecinos y vecinas o incluso la prensa, están en desacuerdo con la construcción de ciclovías o estaciones de bicicletas. Esto puede deberse a que la ciudadanía aún no ha interiorizado la importancia de la movilidad sostenible y todos los beneficios que puede traer en la vida cotidiana.
Por eso, una de las herramientas más importantes para impulsar la movilidad sostenible es la educación. Y acá es donde todos y todas podemos contribuir como agentes de cambio, compartiendo estos conocimientos e ideas con amigos, vecinos, compañeros y familiares.
Pequeñas Acciones X Mucha Gente = GRANDES CAMBIOS
Compartimos algunas acciones individuales, simples y concretas, que ayudan muchísimo a hacer que tu movilidad sea más sostenible:
- Usemos más la bicicleta, ¡es bueno para el ambiente y mejor aún para nuestra salud!
- Caminar es hermoso y, además, una forma de transportarnos sosteniblemente.
- Seamos conscientes al momento de comprar un vehículo personal, pensemos si realmente lo necesitamos y cuál es la opción más sostenible del mercado a la que podemos acceder. Recordemos que el auto es una herramienta, no un símbolo de status.
- Y si vamos a adquirir un nuevo vehículo, podemos chequear que cuente con actualizaciones tecnológicas que ayuden a la sostenibilidad, como sensores, motor eléctrico e inteligencia artificial.
- El carpooling, o auto compartido, es una gran opción. para compartir los viajes con vecinos, amigos o compañeros de trabajo. Mientras más viajemos en un mismo auto, menos tráfico, contaminación y emisiones.
- Aprovechemos el sistema de transporte público de nuestra ciudad.
- Apoyemos las políticas públicas que buscan promover la sostenibilidad en la movilidad, como las que proponen aumentar los carriles exclusivos para bicicletas o colectivos, las que promueven los vehículos híbridos o eléctricos entre otros.
- Compartamos esta información con todas las personas que conocemos.
- ¡Que el mundo sepa lo importante que es la movilidad sostenible!
Acerca del Autor
Eco House Global es una organización sin fines de lucro de Acción para la Sostenibilidad especializada en educación, política, comunicación, consultoría, restauración ecológica y voluntariado (para la sostenibilidad). Nacida en Argentina, cuenta con 12 Departamentos, 39 Programas, 7 sedes y proyectos en América Latina, Europa y África.
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